La celebración del 20 de julio en España, que por lo general se realiza unos días antes, este año fue el 15, no es otra cosa que la fiesta de la Señora Embajadora de Colombia en España y sus acolitos, porque de patriótica dicha celebración no tiene nada, menos aún, si el escenario se utiliza para avalar y respaldar, como lo hizo la señora Embajadora de manera expresa, la política del Partido Popular en España y en concreto, la expresada por Dña/ Esperanza Aguirre.La señora Noemí parece no haber ejercido de Embajadora o subrió de alzheimer, cuando D/ José Aznar a la cabeza del Partido Popular y Dña/ Esperanza Aguirre, acolitada con la esposa del anterior, criminalizaron y persiguieron a nuestros inmigración colombianos, hasta tal punto que, tuvieron que movilizase para exigir, no más persecución y, si hoy escuchara a quienes realizamos empresa siendo colombianos, se daría cuenta de la persecución que soportamos y de cómo, muchos de nuestros emprendedores colombianos, han tenido que cerrar sus negocios porque el hostigamiento policial es permanente, un colombianos amigo les dijo en una de esas “rutinarias inspecciones policiales a los locales”, después que le pedirle de todo y más, "que, si les presentaba también el examen de orina y de sangre."
La embajadora esta más interesada en mantener sus relaciones personales que en hacer valer los derechos de los colombianos en el Ayuntamiento de Madrid y en la Comunidad de Madrid donde son indolentes con los empresarios colombianos, para solo citar la ciudad donde tiene su sede.
Nadie que se respete y desee una patria digna, podrá decir que fue un acto patriótico el
espectáculo de la Plaza Mayor del 15J, porque si el patriotismo se reduce a presentar un conjunto musical y a gritar vivas a los equipos de fútbol y a unos cuantos Departamentos, os regalo mi nacionalidad.Esa nacionalidad que se reduce a un trapo, mientras la vida del hombre colombianos no vales nada, no me interesa.
Esa nacionalidad que quieres ocultar con un viva a un equipo de fútbol la inoperancia de la justicia en los magnicidios y genocidios, yo no la quiero.
Esa patria que se burla de los colombianos en el exterior cuando no los defiende del atropello de que son victimas sus nacionales y que solo los contabiliza como remesa, no me interesa.
Esa nacionalidad que esta exponiendo la Sr Embajadora como parte del espectáculo grotesco con el cual se manejan la diplomacia en el gobierno de Alvaro Uribe, a mi particularmente, no me satisface.
Y con dolor en el alma, tengo que decirlo, que muchos de los colombianos en el exterior nos sentimos despatriados y, si no fuera por el vallenato y otras cuantas expresiones culturales ya estaríamos errantes por el mundo, buscando un pedazo de tierra para hacer una patria del tamaño de nuestros sueños, donde cómo mínimo se respete a la vida, se permita disentir sin temor a la muerta y exista una justicia que realmene se aplique de manera rápida y se haga cumplir. Cosa que en colombia con el gobierno actual no existe.
