El presidente de Colombia argumentando “Razones de Estado” liberó a varios individuos pertenecientes a las FARC y que se encontraban detenidos y procesados por infracciones a la ley penal. Para la inmensa mayoría de los colombianos resultó una sorpresa y para otros, una ingenua espera en las justificaciones que daría el Presidente de las “razones de Estado”.
En opoXiXion nos proponemos hacer hoy una necesaria elaboraciones sobre esas “Razones de Estado” que se dan en Colombia, para contribuir a ir tejiendo una posición sólida y serie, sobre los comportamiento de un gobierno, que valiéndose burdamente del poder, expresa un retroceso, o una negación evidente y real del Estado de Derecho y que contradictoriamente, lo compromete en aquello que pretendía evitar con la medida.
Y es que si bien hubo ingenuidad en muchos, más lo fue del Presidente al echar mano a una categoría o concepto teórico que ha servido a la doctrina para señalar con el índice, las barbaridades del poder del Estado convertidas en razón jurídica, sin que sean como es obvio, producto del Estado de Derecho, o del imperio de la Ley.
Ingenuidad, porque de haber valorado la dimensión de esa medida, no la hubiera justificado públicamente como “Razones de Estado”, por ello, es de deducir que El y supongo que sus sequitos de consejeros y amíguetes, entre ellos José Obdulio, Chincilla o Dario, estarán apenas dimensionando las consecuencia que el manto de “Razones de Estado” pueden acarrear al propio Estado, en el contexto del derecho y la justicia universal, con respecto a las relaciones entre el Estado y las FARC y lo que no ha quería hacer por la vía de la legalidad jurídica, ha terminado haciéndolo por la vía de la arbitrariedad.
Además de lo anterior y ya desde el punto de vista político, implorar o invocar las "Razones de Estado", por la vía Troyana que libera a miembros de las FARC de entre las panzas del mismo, tal como lo hizo el presidente de Colombia en momentos en que los paramilitares endilgan la participación por acción u omisión en los genocidios y crímenes de lesa humanidad, es ni más ni menos, intentar darle carta de naturalización jurídica al comportamiento absolutamente irracional, antidemocrático y bárbaro que ha implementado el Estado Colombiano en las últimas décadas. Pretensiones que desde el punto de vista jurídico, político y ético, no vamos a dejar pasar por alto, porque cierra toda posibilidad a una salida jurídica, dentro del derecho interno, al doloroso drama de los retenidos por las FARC.
Y es que el Gobierno de Colombia no puede dar primacía a sus intereses de perpetuar un status quo, o invocar la seguridad que ve amenazada, a costas de pisotear la ética política y el Estado de Derecho, más, cuando ese status quo que pretende proteger y perpetuar, esta carcomido, como ese caballo troyano que sirvió para la liberación de los miembros de las FARC, por el comején del paramilitarismo y el nacotráfíco, el cual lo ha infectado todo, haciendo inoperante la justicia, burdas las legislaciones, incrédulas las deidades y lo más peligroso, complaciente a toda una sociedad que ensordecida por la propaganda oficial y las dadivas de los poderosos, no logra racionalizar la guadaña de la muerte que pende sobre sus gargantas y en estas condiciones para sobrevivir, se ve obligada a dar loas mientras blanden banderas oficiales tricolores a unos conspicuos que deberían estar compareciendo ante la justicia universal por sus crímenes de lesa humanidad.
Las "Razones de Estado" invocadas por el Gobierno son para opoxixion desde el punto de vista del derecho interno:
La protección de los criminales parapetados en sus instituciones.
La complacencia de los Congresistas investidos con la sangre de sus contradictores.
La muerte en cautiverio de los retenidos por las FARC.
El pisoteo a toda legalidad y al Estado de Derecho.
La primacía del más burdo autoritarismo que intenta desconocer el derecho de gentes, los tratados y convenios internacionales.
En últimas, las "Razones de Estado" en Colombia se pregonan bajo el manto del fundamentalismo, por cuanto su esencia no es otra que gobernar y conservar el Estado sin otro control que aquel que le dicte la conciencia al despótico de turno, que a su ves cree estar siguiendo las leyes de Dios y haciendo, como diría Rivadeneria, del Estado una Religión y de la religión un Estado.
Y desde el punto de vista del Derecho Internacional, las “ Razones de Estado” como justificantes para la liberación de los miembros de las FARC que estaban detenidos por el Estado Colombiano, es ni más ni menos que:
El reconocimiento jurídico a dicha organización como Movimiento Rebelde y en este sentido, podrán demandar ante la Justicia Internacional les sea reconocido dicho Estatuto y la desvinculación de la lista de movimientos terroristas, pasando a ser sujetos del derecho y obligaciones en el marco internacional.
Si bien lo anterior implicaría para ese grupo el obligado sometimiento a las normas del Derecho Internacional Humanitario, desde este ámbito legal, la liberación de los retenidos de serlo en ese contexto de "Razones de Estado", derivaría en la internacionalización de un conflicto que hasta hoy es interno y que las FARC, intentan evitar se internacionalice.
De colofón.
Si de verdad nos encontráramos ante un Estado de Derecho, democrático, esas "Razones de Estado", estarían especialmente al servicio en la defensa de la vida y los derechos fundamentales de los ciudadanos, única justificación que en esta materia reconocemos como éticamente válida y en este contexto, en el contexto de las mismas “Razones de Estado” debe darse el intercambio humanitario.
Por esas mismas “Razones de Estado”, debe hacerse el despeje para garantizar dicho intercambio y por “Razones de Estado”, también se debe poner en manos de la Justicia Universal a quienes hipócritamente dicen decir la verdad ante jueces, que, acorralados por el miedo y el poder de los criminales, deben soportar la ignominia de la justicia.
Hay por lo tanto otras “Razones de Estado”, que son las que reivindicamos para con ellas preservar lo que si vale la pena preservar, la dignidad humana, la vida y la paz.
Si bien lo anterior implicaría para ese grupo el obligado sometimiento a las normas del Derecho Internacional Humanitario, desde este ámbito legal, la liberación de los retenidos de serlo en ese contexto de "Razones de Estado", derivaría en la internacionalización de un conflicto que hasta hoy es interno y que las FARC, intentan evitar se internacionalice.
De colofón.
Si de verdad nos encontráramos ante un Estado de Derecho, democrático, esas "Razones de Estado", estarían especialmente al servicio en la defensa de la vida y los derechos fundamentales de los ciudadanos, única justificación que en esta materia reconocemos como éticamente válida y en este contexto, en el contexto de las mismas “Razones de Estado” debe darse el intercambio humanitario.
Por esas mismas “Razones de Estado”, debe hacerse el despeje para garantizar dicho intercambio y por “Razones de Estado”, también se debe poner en manos de la Justicia Universal a quienes hipócritamente dicen decir la verdad ante jueces, que, acorralados por el miedo y el poder de los criminales, deben soportar la ignominia de la justicia.
Hay por lo tanto otras “Razones de Estado”, que son las que reivindicamos para con ellas preservar lo que si vale la pena preservar, la dignidad humana, la vida y la paz.
opoXiXion
Demanda del Estado Colombiano:
VERDAD, JUSTICIA, REPARACION
