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Sunday, September 17, 2006

DEL SINDROME DE PEREIRA AL RACIONALISMO EN LA GUERRA

El ejército que en los Estado Nacionales se ha concebido como un instrumento para la defensa de la soberanía, en Colombia, es un instrumento de muerte dirigido contra el pueblo. Estamos en una guerra del pueblo contra el pueblo, donde otros Estados se benefician suministrando armas y vendiendo los productos que el país en guerra no puede ofrecer, porque se esta aniquilando la producción interna en agricultura, ganadería, textiles etc.
Estamos admitiendo como única fuente de empleo la incorporación de los desempleados al ejercicio de matar, sea en organizaciones legales o ilegales. Estamos siendo muy productivos en esta materia y muy escasos en valores.
Si al menos por unas horas, quienes bendicen las armas, colocan las medallas o desde un escritorio diseñan los planes macabros, se enfrentaran como en siglos pasados, cuerpo a cuerpo, al estilo de los antiguos caballeros o guerreros de epopeyas, este horror ya hubiera terminado hace buen tiempo, pero como ellos solo ven la guerra en videos, como juegos pirotécnicos de consola, no les duele la muerte y el sufrimiento de otros, no tienen victimas y si llegaran a tenerlas, servirían más como instrumento de venganza, que como signo de reflexión.

Señor Presidente, como jefe de las fuerzas Armadas de Colombia debe asumir el papel que le corresponde, pero a la vez, debe demandar racionalidad en el ejercicio de esa violencia por parte del Ejército y en este sentido, es primordial separar las funciones policivas, de las propiamente militares. La militarización de un órgano administrativo como es la policía, ha colocado al ciudadano indefenso, sin protección, hasta tal punto que teme más a los órganos de seguridad del Estado, que a la delincuencia, por ello, no son de extrañar las palabras de uno de sus aliados en Campaña, el Senador Lleras, que expreso ese miedo y su intención de exiliarse.

Sabemos de la emoción que siento con la graduación en el Sena de 1200 soldados en oficio distinto al de matar, pero contradictoriamente con esa misma emoción los incita y lo lanza a la guerra contra el propio pueblo, por ello, queremos preguntarle Señor Presidente: le emociona la productividad de la guerra?. Sabe que la producción de la guerra es muertes?. Le emociona saber que tiene que aumentar continuamente contingentes para enfrentar a su mismo pueblo?

Realmente cree usted o, son las instituciones ingenuas, al pretender que la defensa de los derechos humanos se aprende con clases magistrales dictadas por quienes a diario viven la zozobra de la muerte? Qué ilusas resultan las instituciones creyendo que con el diploma entregado a un expertos operadores en aniquilar los derechos humanos, se ha redimido o a asimilado la lección y con ello se ha regenerado al genocida.

Señor Presidente, en opoXiXión, todo lo que a usted le emociona en ese discursos donde la soldadosca aprendió algo más que a matar, a nosotros nos da pena, nos llena de dolor, pero también, nos llena de valor para reivindicar el derecho a la vida. Nos da coraje para racionalmente incitarle a que pare, a que respete la libertad y coloque el derecho a la vida, por sobre ese llamado a la productividad de la muerte y a los informes “positivos” hasto conocidos y los cuales intentan ocultar con otras escandalosas patrañas.

Señor Presidente, esperamos que con ese llamado tan emocionado a matar, a producir muertes, a tomar la iniciativa en la guerra, a dar partes o informes “positivos”, de los comprometidos en esta debacle, no estemos, todos, tiros y troyanos, haciendo parte del que he denominado “Síndrome de Pereira”, publicado en todos el mundo y donde supuestamente han descubierto, luego de investigaciones a los criminales pandilleros de dicha ciudad, que mataban porque se excitaba sexualmente y obtenían recompensas de sus amantes.
Después de tan sabia conclusión los sicólogos las han explicado a las amantes y estas, enteradas de la investigación optaron por la “huelga de sexo”, supuestamente, para intentar por ese medio reducir ese estimulo y de paso, intentar controlarles sus emociones y defender así el derecho a la vida. en otra lectura, matar en Colombia es cuestión de reproducción sexual, del instinto animal que identifica al maton como el ser que puede garantizar la especie y ese Sindrome Pereirano, no puede ser la esencia de una polñitica de Estado.
Señor Presidente, la guerra no puede desatar paciones irracionales. Hay que racionalizar la violencia en las predicas de unos valores, para impedir que la sinrazón servir de justificantes a actos de barbarie, genocidio o inmolaciones. Racionalidad que debe ser extendida también a quienes desde los otros bandos, enarbolando otros valores justifican la muerte presentándose como los señores de la guerra.

Esperamos no haber herido en vuestra persona en el sentido ético, pero esos discursos que promueven “positivos” dirigido a la soldadesca para que maten a su propio pueblo, deja mucho que pensar, no solo del mandatario, sino del hombre que gobierna y manda. Esa estrategia militar alienta nuestra opoXiXión para que de una vez por toda se diferencie, se separen las funciones entre las fuerzas militares y las de policía, porque estas no puede seguir militarizada.

De Colofón:
Señor Presidente: A cuántas inauguraciones de empresas productivas, distintas a esas de guerra, ha sido invitado durante su gobierno? , A qué otro oficio productivo puede usted invitarnos, que no sea al de matar? Desde el Exilio esperamos participar de esos proyectos.

PARA COLOMBIA

VERDAD, JUSTICIA, REPARACION Y PAZ

VIVA LA LIBERTAD.. BIENVENIDA LA PAZ

EL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA HA DE SER UN FIN QUE UNA AL PAÍS, NO UNA ESTRATEGIA ELECTORAL DE LAS PARTES, DE LOS PARTIDOS O, DE LOS ASPIRANTES A LA PRESIDENCIA.
SI LA PAZ NO SE ASUME CON UNA VOLUNTAD ÚNICA, EL CONFLICTO SERA IMPARABLE.

LA LUCHA POR LA PAZ EN COLOMBIA, NO SE SOLO UN DIALOGO, ES UN COMPROMISO DE ESTADO.