A veces la naturaleza nos habla de manera tan evidente que parece que nos aturdiera con su voz, sin embargo, para quien no quiere oír, la voz del silencio sigue siendo inaudible. Y en este orden de ideas, resulta tan patético que precisamente el día que se celebra en el Hemisferio Sur el Solsticio de Invierno, sea también el día de los resultados de las elecciones a la presidencia de Colombia.
Los Solsticios de Verano y de Invierno se han celebrado dese épocas remotas, sin embargo, desde el punto de vista astronómico tiene la explicación, pro cuanto toda vez que la tierra al trasladarse alrededor del Sol describe un órbita en forma de elipse de poca excentricidad, y cuando el polo norte terrestre está inclinado en la dirección del Sol, los rayos solares caen más perpendicularmente y, los días son más largo. Entre el 21 y el 22 de junio, en el polo norte alcanza ese máximo, siendo el día solar es más largo del año. En tanto en el Polo Sur y en el Hemisferio Sur, resulta siendo la noche más larga.
Pues bien, este 21 a amanecer 22 de junio, siendo la noche más larga que vive Colombia, por el fenómeno astrológico, del Solsticio de Invierno, paradójicamente ha decidido una minoría de votantes colombianos hipnotizados, hacerla más larga aún, por cuanto escasos 13 millones de votantes, con un participación del 44% de los posibles electores, han eligiendo como presidente a quien encarna la continuidad de la guerra, la parapolítica, la corrupción, la impunidad, los falsos positivos, y que es, viva voz y carne, de esos medios de comunicación que abyectos, y acríticos han amordazado la conciencia de colombianos, en una calculada maniobra publicitaria que intentó acabar con la izquierda democrática, como si prefiriera verla de nuevo en armas.
Y es que lo sucedido este pasado domingo, con la elección de SANTOS, da por culminado el proceso que gerenciado desde Palacio, tuvo como objetivo aniquilar a esa izquierda democrática que honestamente ha creído en la democracia colombiana, que con su fe de carbonero en los votos para llegar al poder, ha recibido toda clase de persecuciones, legales e ilegales, para impedirle no solo la posibilidad de ser gobierno, sino la de su supervivencia. Maniobras como de colocarla en la orilla del terrorismo, o las de pinchar sus teléfonos, o de hacerles seguimientos policiales a través del DAS, entre muchas otras, no dejan bien parada a una democracia, y más bien dejan un mal sabor de boca en esta izquierda que ha creído en una proyecto de paz y progreso.
Unido a ese concierto, la impunidad a los genocidias, la ausencia de reparación a la víctimas de los paramilitares, la presencia evidente de congresistas salidos de la parapolítica, la persecución a los jueces que se atreven a dictarles sentencias, y la persecución a todos los críticos del régimen, no dan mucho que pensar y que proponer, pero la izquierda no puede seguir sumisa poniendo la magilla al régimen, sin que la comunidad internacional tome cartas en el asunto, y los EEUU sigan haciéndose los de la vista gorda ante los tremendos desafueros antidemocráticos que vivimos
El día de hoy que debería ser para los colombianos el día de la celebración del nacimiento del Sol, de Osiris, de Baco, de Andonis, Atis, Menfis, o de Dios, según las creencias que tengamos, ha resultado ser de muerte y oscuridad para quienes teníamos las esperanzas de lograr por vías democráticas un gobierno de justicia, progreso y paz para Colombia. Sin embargo, esta muerte de la esperanza, no puede avalar la sin razón de la guerra, tendremos que inventarnos otra forma de lucha, hemos de encontrar nuestra Isis, para que nos reviva de esta muerte.
