Con dolor en al alma doy por terminadas estas notas.
Durante más de cinco años desde varios medios escritos y desde opoXiXion, hemos estado demandando para Colombia, como cientos más, VERDAD, JUSTICIA Y REPARACION, pero la intolerancia de algunos sectores que se dicen de izquierda, me han derrotado en esta labor libre. No es mi aspiración competir con nadie en nada, solo me animaba y como siempre, la transparencia de ideas y la búsqueda de una ética social y de Estado, la cual entre otras, siempre practique cuando estuve en cargos públicos y en labores académica, para no ir mas lejos.
Dejo en manos de quienes se han considerado con la verdad de la izquierda, para que elaboren y hagan lo que a bien tengan y protejan a como de lugar los aparatos sempiternos, tal vez ellos logren solos lo que muchos juntos hemos querido conquistar.
Por esa inconsecuencia, por esa falta de espacios, por eso de querer ser cada uno el “lenin” de una revolución que siempre ha estado cerca pero que nunca llega, le cierran el paso a todo democráta que intenta una y otra vez unir el hombro para democratizar un país, es como si el enemigo fundamental estuviera en sus filas y no en las del gobierno.
El señor Alavaro Uribe Vélez y toda la camorra de paramilitares que lo acompañaron, pueden estar tranquilos que no hay con quien tumbarlos del poder, ni siquiera interesa, porque de manera real no se da una acción para movilizar al mundo en demanda de la verdad y la justicia.
Somos supuestamente el pueblo más valiente, pero democráticamente, en las calles, por voluntad de las masas, no hemos logrado tumbar un solo gobierno y conste que los hemos tenido de todos los pelambres: criminal, corrupto, deshonesto, mentiroso y para completar la colcha, el actual parapolitico.
Hasta otra oportunidad, “camaradas”, que la estrategia de siempre los acompañe en esta nueva hoja de ruta. Espero no quede la esperanza frustrada como en años anteriores.
Queda a disposición de quienes aún dudan de la honestidad en esta lucha, las notas que retiraré cuando se de una condena ejemplar a los genocidas del pueblo colombiano.
Dejo en manos de quienes se han considerado con la verdad de la izquierda, para que elaboren y hagan lo que a bien tengan y protejan a como de lugar los aparatos sempiternos, tal vez ellos logren solos lo que muchos juntos hemos querido conquistar.
Por esa inconsecuencia, por esa falta de espacios, por eso de querer ser cada uno el “lenin” de una revolución que siempre ha estado cerca pero que nunca llega, le cierran el paso a todo democráta que intenta una y otra vez unir el hombro para democratizar un país, es como si el enemigo fundamental estuviera en sus filas y no en las del gobierno.
El señor Alavaro Uribe Vélez y toda la camorra de paramilitares que lo acompañaron, pueden estar tranquilos que no hay con quien tumbarlos del poder, ni siquiera interesa, porque de manera real no se da una acción para movilizar al mundo en demanda de la verdad y la justicia.
Somos supuestamente el pueblo más valiente, pero democráticamente, en las calles, por voluntad de las masas, no hemos logrado tumbar un solo gobierno y conste que los hemos tenido de todos los pelambres: criminal, corrupto, deshonesto, mentiroso y para completar la colcha, el actual parapolitico.
Hasta otra oportunidad, “camaradas”, que la estrategia de siempre los acompañe en esta nueva hoja de ruta. Espero no quede la esperanza frustrada como en años anteriores.
Queda a disposición de quienes aún dudan de la honestidad en esta lucha, las notas que retiraré cuando se de una condena ejemplar a los genocidas del pueblo colombiano.
En la cotidianidad de mi vida seguiré buscando la razón de la verdad.
Desde el Exilio
Argiro Giraldo Quintero
