"Dice Pablo Montoya, alias Rojas( en foto,que pulbico Semana.com), desertor de las FARC, que primero tiene que llover duro para que escampe ligero. Con su acción de asesinar a su jefe Iván Ríos y entregarlo a pedazos a las autoridades nacionales a cambio de una cuantiosa recompensa, según dice, quiso acelerar la tormenta. Rojas es un guerrillero de más de 15 años de militancia en la guerrilla."Demostró sangre fría, sevicia y ambición desbordada, lo peor de un insurgente en armas. Demostró también que sus 3 lustros de pertenencia a las FARC de nada le sirvieron para hacerse a alguna postura contestataria, sólida, frente al Estado que supuestamente combatía.En las entrevistas concedidas a los medios de comunicación puso de presente una mayor confianza en las instituciones oficiales, que en sus camaradas de vieja data. Es un hombre inteligente, zorro, pero carente de formación y convicción políticas. Mando medio importante que en lugar de cultivar afectos e ideales, acumuló odios y a la primera oportunidad se le torció a la guerrilla y ¡de qué manera! "
"A Raúl Reyes lo cazó el Ejército de Colombia mientras dormía en predios del país vecino. Lo mató el relajo del burócrata. Todo el día dedicado a sacar la cabeza para hacer visible a la organización armada; atender las visitas de osados estudiantes con sarampión revolucionario, responder llamadas o atender entrevistas, operar tres -¿cuatro?- Computadores al mismo tiempo, escribirle al secretariado. Su rutina fue adormecida por la obnubilación de la diplomacia política y económica. El delirio de grandeza por tener entre sus manos la suerte de tantas personas secuestradas, lo despegó del piso. Así nunca se desprendiera de su fusil o de la pistola debajo del brazo, la confrontación militar la hacían los demás. "
"El miembro del Secretariado Iván Ríos era un pésimo referente para sus tropas. Como comandante de un Bloque con 10 frentes hizo del temor y el miedo su mayor factor de protección. La demora del tinto o del desayuno era motivo de amenaza. Contó alias Rojas que los maltratos llegaron hasta el punto de forzar a sus hombres y mujeres a comer los alimentos crudos para no hacer delatadoras fogatas de leña. Muy distinto en el campamento de Reyes donde las comidas eran elaboradas con el gas de las pipetas que tanto daño causaron a la población civil. El hambre hizo de Rojas una fiera traicionera y cómplices a sus compinches del frente 47. La convicción de que mientras algunos jefes se atragantan de la plata originada en el narcotráfico y el secuestro, y otros son acosados por el hambre y la fuerza pública, debilitó antiguos sentimientos de solidaridad y colegaje. "
"Pero el ocaso que se asoma en las filas de la guerrilla más eterna del mundo, con comandantes que antes se morían de viejos en las camas o en las hamacas, se atizó desde afuera. Sin tener que ser uribista para reconocerlo, la llegada al Palacio de Nariño del actual Presidente de la república, marcó el comienzo de la debacle política y militar de las FARC. Todos hemos sido testigos de la transformación mental y estratégica ocurrida en la fuerza pública para hacerle frente a unas organizaciones armadas ilegales que hace pocos años se tomaban la autopista Medellín Bogotá para reclamar por televisión la llegada de un ejercito o de una policía amedrentados por la connivencia con el paramilitarismo o por la holgazanería del luchador que no lucha, pero si cobra el sueldo. "
"Álvaro Uribe impuso su liderazgo sobre unas fuerzas armadas que no daban la talla para enfrentar a una guerrilla que desaprovechó su cuarto de hora con el caguan. Un adolorido y humillado Andrés Pastrana inició la modernización que hoy se traduce en mayor capacidad humana y tecnológica, de combate y persecución. A Raúl Reyes lo mató la triangulación de una llamada satelital y a Iván Ríos lo mató la presión desestabilizadora que sobre sus tropas ejerció poco a poco un ejército instalado a mil metros de distancia del campamento fariano, en las entrañas de la cordillera. "
"Esa postura de acosar sin descanso a la guerrilla, hasta someterla o doblegarla, mantiene a Uribe en el pedestal de la favorabilidad popular. Justo reconocimiento a un flanco fundamental, exitoso, de la política de seguridad democrática: la mano firme. No entender que el ejercicio de la autoridad por parte del gobernante y el copamiento territorial por parte de la fuerza pública, constituyen políticas de Estado indispensables para superar la permisividad social con la violencia, va a llevar a que el giro del péndulo desde la derecha con visos de mesianismo, a la izquierda embadurnada por lo social, se vuelva eterno en Colombia. "
Escrito por,
JORGE MEJIA MARTINEZ
