RAZONES DE ESTADO AL PINCHAR

En una de las investigaciones que hicimos antes de los atentados del 11S, ver en Internet “http://www.argiros.com/Derecho/secreto_electronico.html” , ya señalabamos el peligro que la tecnología acarreaba para la intimidad de la personas. Después de dicha fecha las razones de Estado parecen no tener límites cuando de proteger sus intereses se trata y en este sentido, se han extendido a extremos insospechados las escuchas telefónicas, el escaneo a los correos electrónicos y el pinchazo a las IP de los ordenadores conectados a Internet.

Y pasando por hoy en analizar si es o no ilícito el que se hagan este tipo de acciones en bien de la seguridad pública y ciudadana, o en lucha contra la criminalidad organizada, el lío está en que este tipo de actividades intentan controlar o acallar el legítimos derechos de opositores a los regimenes con excusas pocos convincentes, como podría ser la propia protección de los opositores ante posibles atentados de terceros.

El que se pinche o se hagan seguimientos a quienes están siendo legalmente procesados por acciones ilícitas siempre y cuando tales acciones sean autorizadas por el juez de la causa, no debe alarmar a nadir, menos a los presuntos implicados, pero si tales acciones se hacen sin el consentimiento judicial y a espaldas del Estado de Derechos, las intervenciones en la vida privada de las personas, debe ser condenable como cualquier otra intromisión del Estado en los Derechos ciudadanos.

Ahora bien, pedir a un Estado que garantice el derecho a la intimidad cuando no está en capacidad de garantizar el derecho a la vida, resulta rocambolesco. El eje de las prioridades no puede desdibujarse, y en ese sentido, la justicia y la oposición debe, en aras a garantizar el derecho a la vida, permitir que se haga el pinchazo, eso si con UN PACTO previo, que garantice a la oposición el ejercicio libre de sus comunicaciones en el hacer de oposición, y aquí, de nuevo surge el tema del PACTO por la verdad, porque sin un mínimo de consenso sobre el deber ser de un Estado, no será posible construir una nueva ética, ni social, ni política . Para el caso de los pinchazos, algunos Estados garantizan a los Congresistas teléfonos y comunicaciones que encripatados, protegen su intimidad y ese derecho a la oposición, pero en Estados dónde la civilidad política esta siempre al orden del día, valdrá eso para Colombia, cuándo el gobierno se cierra más a la banda del barometro de opinión, que al de la civilidad? Esperamos lo entienda.

Ahora bien, la izquierda democrática no debe temer a comprometerse en asuntos de Estado y el gobierno no debe menospreciar el poder de una oposición que cada vez muestra más seriedad y capacidad para afrontar los retos que un Estado demanda. En este sentido resulta inexplicable, para quienes de manera crítica seguimos el curso dantesco de esta Colombia, que el Presidente Uribe no haya aceptado la propuesta hecha por el Senador Petro sobre un PACTO POR LA VERDAD. España hizo un pacto en la lucha antiterrorista y eso no impidió en su momento al PP, ser gobierno y al PSOE hacer oposición. Siempre los temas de Estado se deben tratar por sobre cualquiera coyuntura y en ese sentido la lucha por la VERDAD Y LA VIDAD en Colombia es una causa de todos y no debe ser asunto de una partido, o de un solo gobierno, en otras palabras, es un compromiso de todos los demócratas del mundo, incluyendo necesariamente al POLO en esa tarea.

opoXiXion,

por la

VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPARACION

"CERRADO POR DERRIBO"

CRÓNICA DE UN HECHO

REGISTRADO EL DIA 29 DE ABRIL DEL 2000
-Periódico EL MUNDO de España-

“BOGOTA.- El hallazgo de un cadáver descuartizado desató la batalla más sangrienta que haya conocido la cárcel Modelo de Bogotá. Doce horas de combate dejaron 27 muertos y 12 heridos, tres de ellos de gravedad."

"Los paramilitares del quinto patio se enfrentaron con granadas de mano, revólveres, AK 47 y armas blancas, con delincuentes comunes del cuarto patio. "

"Las primeras informaciones involucraban también a guerrilleros presos, pero su portavoz, un tal Jesús, lo desmintió. «Los prisioneros de guerra de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] estamos al margen de este enfrentamiento, nosotros estamos a favor de un pacto de paz», dijo a través de su teléfono móvil. «Fueron los de la otra vez y ganaron los mismos. Todos los muertos son de los que perdieron», dijo a este periódico un recluso del segundo patio que no se quiso identificar, también por medio de un móvil. Se refiere a otra batalla que dejó 11 muertos en el mes de noviembre. En aquella ocasión, como en ésta, los paramilitares masacraron a los delincuentes para controlar los patios. «Siempre que escuchamos una balasera [tiroteo] tremenda, todos nos encerramos en nuestro patios. Nos enteramos de lo que pasa por las noticias», añade el preso, que tiene prisa por colgar..."

EN MAYO DEL 2007 COMENTAMOS.

Ni nuevo ni sorprendente para el país y menos para el Gobierno, el que desde las cárceles de Colombia se planifiquen, organicen y coordinen, acciones criminales.

No es de ahora, de años los patios de las cárceles colombianas tienen dueños y hay de quien no se somete a sus ordenes. Paramilitares, delincuentes comunes y guerrilleros se disputan esos controles como parte de un territorio bien importante en sus operaciones de formación y de extensión de los tentáculos, incluso, llegan a ser pactos de paz y acuerdos de convivencia, sin que la presencia del Estado se haga sentir en ellos y menos, en las políticas de reinserción y rehabilitación.

Directores y guardianes pasan de largo ante todo el carburante explosivo que se respira en los centros penitenciarios. Por miedo o por corrupción, muchos de quienes dirigen esos centros terminan haciendo pactos con los reclusos y hasta recibiendo parte de las utilidades de los negocios que en esa, otra Colombia, se realizan.

Si El gobierno, la fiscalía y las organizaciones de derechos humanos levantan la tapa a esta olla de grillos, encontrarán el horror y el terror, pero también la opulencia y el otro poder oculto, tras las rejas de Colombia.

De nuevo surge la pregunta: estarémos en condiciones de reencontrar el oriente en la construcción de una ética civil y política que extienda los postulado de vida y convivencia a las cárceles de Colombia?, o por el contrario,tiraremos la cerca por todo el límite de Colombia con el cartel que diga, como en la canción; "cerrado por derribo" ético, sin ofertas de trabajo a Mesías.

Y es que no puede entenderse que el pueblo mayoritariamente sea complaciente con el estado de degradación generalizado que existe, por ello resulta comprensible que otros colombianos opten por renunciar a ser ciudadanos de esa Colombia que avergüenza y prefieran ser apatrias, porque sin duda alguna, sueñan tal vez con una patria digna.