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Friday, April 17, 2009

DESDE EUROPA-PARA EL MUNDO-EL PLAN BOLONIA

En Europa se vienen gestando una serie de protestas universitarias en contra el llamado plan Bolonia. Distintos sectores, empresarios, académicos, e intelectuales se han entrecruzado en una serie de opiniones y debates sobre el proyecto Europeo dedicado a crear un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

Dada las implicaciones que este generará para el mundo occidental, toda vez que por primer vez en la historia de la humanidad se intenta unificar el saber académico, publicaremos algunas notas marginales, con el sano propósito de invitar a los académicos de Colombia, a los estudiantes, a los empresarios y a los universitarios en general, a mirar y a seguir con especial cuidado este proceso.

No dudamos que tras el, se perfilara la homologación del saber, y para ello Colombia, la de izquierda y la de derecha, debe estar preparada.

Dos notas sobre el tema, sirvan de abrebocas sobre este particular. Esperamos publicar más. Hasta pronto.
opoXiXion

EL PLAN BOLONIA:

“La universidad al servicio de las empresas”
Por el Sindicado de Estudiantes de Izquierda.

El anterior gobierno del Partido Popular (Esp) planteó una serie de reformas en las carreras universitarias, como desarrollo de la Ley O. Universitaria, presentando un proyecto de Real Decreto en el que se regulaban los estudios de Grado y Postgrado. La razón era la necesaria convergencia de los estudios de educación superior impartidos en el Estado Español con el resto de los países europeos.

Se crean dos niveles de estudio:

-El primero es el de Grado con una duración de tres o cuatro años, con el objetivo de proporcionar, “unos conocimientos generales básicos para la integración en el mundo laboral”, que dan lugar a los títulos de Licenciado, Arquitecto o Ingeniero. Para obtener estos títulos habrá que superar un examen de evaluación general del Grado, incluso teniendo todas las asignaturas aprobadas. Si no se supera este examen ni se obtiene el título, ni se puede optar al nivel de Postgrado. La conclusión es clara, se reduce el número de alumnos en la Universidad, con lo cual se reduce el gasto público y se desincentiva a los alumnos a seguir estudiando.


-El segundo ciclo es el de Postgrado, donde se integran los títulos de Master y Doctor. El título de Master sustituye a las especialidades de las actuales carreras. Para poder acceder a este nivel de estudios, habrá que superar el examen del Grado y posteriormente la Universidad donde se imparten los estudios de Postgrado puede escoger a sus alumnos según propios criterios de elección. Al existir un ranking de Universidades (aprobado por la LOU), habrá una distribución de la financiación pública, y existirán Universidades de 1º y de 2º categoría. De esta manera se corre el peligro de que las Universidades de 1º categoría elijan a sus alumnos según criterios arbitrarios que no favorezcan la igualdad de la Universidad pública y que los títulos de dos Universidades distintas no tengan el mismo valor.


-La empresa privada entra en la Universidad ya que se señala que el 50% de los créditos de las asignaturas tiene que corresponder a actividades fuera de la Universidad, por ejemplo prácticas en empresas privadas. En este proyecto de Real Decreto no sólo no concreta (ni siquiera lo nombra) como serán las condiciones de estos alumnos en prácticas sino que además, los alumnos podrán ser utilizados como mano de obra muy cualificada, pero sin derecho a sueldo, y recibiendo una escasa formación.


Estas eran unas de algunas modificaciones que se proponían dentro del gran cambio que se va a realizar dentro de las carreras universitarias. Con la derrota del PP el 14 de Marzo muchos proyectos de ley sobre educación han quedado paralizados. En el caso del Plan Bolonia, el Gobierno del PSOE ha incluido una serie de modificaciones para continuar el proceso que se prevé que concluya en el año 2010, aunque hay Comunidades como Cataluña en la que se están realizando proyectos piloto.

Una novedad es que se deja flexibilidad para que las carreras puedan durar entre tres y cuatro años, por ejemplo, tres años y medio. Tras la aprobación de este Real Decreto por el Consejo de Ministros, prevista para antes de Navidad, el Gobierno deberá establecer la duración y el tipo de contenidos que tendrá cada uno de los estudios.

Otra novedad es el nombre de los títulos. La denominación específica de las nuevas titulaciones será acordada por el Gobierno y se tratará de buscar un nombre similar para cada título en todos los países de la Unión Europea. El Gobierno del PP estableció en un primero momento los de Licenciado, Ingeniero y Arquitecto, pero luego lo descartó porque abría la posibilidad a que siguieran existiendo títulos con una misma denominación, algo que no se corresponde con las normas europeas.


El Gobierno podrá asignar un número distinto de créditos a determinadas enseñanzas, es decir, que alguna carrera podrá tener más de 240 créditos. Entre ellas podría estar, por ejemplo, Medicina. También permite establecer unos créditos más para las titulaciones que requieran un proyecto de fin de carrera o prácticas tuteladas, como pasa en las ingenierías y en Arquitectura.


La filosofía del nuevo aprendizaje universitario sigue quedando patente y el Plan Bolonia sigue priorizando “la figura del alumno, los valores éticos, el trabajo en equipo y la movilidad, además de reducir las horas de clase e introducir el tiempo dedicado al trabajo personal en el cómputo de créditos” (Noticia de ABC, 15 de mayo del 2004).

Desde el SEI denunciamos estos proyectos de ley dado que no persiguen una Universidad pública y de calidad sino una Universidad que se asemeja cada día más al modelo de Universidad privada, dando forma a una Universidad cada vez más elitista, donde no todo el mundo va a tener las mismas oportunidades para obtener el Grado y Postgrado, acentuando las desigualdades sociales desde una institución tan importante como la universidad. Esto supone una aplicación más de la LOU, una traba más para los hijos de los trabajadores en el acceso a estudios superiores, y un paso más hacia una Universidad que forme únicamente a la élite que regirá mañana la sociedad.



Formar intelectuales, no sólo profesionales

Por: ANTONIO ALVAR EZQUERRA-
Nota de opinión publicada en el Mundo-Españs
• 17.04.2009

Europa decidió hace unos años crear un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) para que estudiantes y profesores pudieran moverse con más facilidad y para que los empleadores comprendieran mejor el nivel de conocimientos y capacidades de los aspirantes a cualquier puesto de trabajo. Para ello, todas las enseñanzas universitarias se articularían en tres niveles (Grado, Máster y Doctorado), la unidad de referencia sería el crédito ECTS (con el que se miden no solo las horas de enseñanza presencial de los alumnos sino también las de trabajo personal) y los gobiernos de los estados deberían comprometerse económicamente en la mejora de la enseñanza universitaria.

Esos tres compromisos parecían sensatos y fáciles de cumplir.No ha resultado así. Las licenciaturas tradicionales quedan suprimidas a cambio de unos Grados seguidos de unos Másteres, cuya duración respectiva se dejó a decisión de cada país; las divergencias han resultado, como era de suponer, importantes. España optó por Grados de 4 años de duración (240 créditos ECTS) y Másteres de 1 año ó 2 (60 ó 120 créditos ECTS; en la práctica, la inmensa mayoría son de 1 año), mientras que otros países de nuestro entorno han optado por un esquema de 3+2. ¿Cómo se van a resolver esas divergencias para garantizar la movilidad? Entre nosotros, la situación se agrava aún más pues el sistema autonómico -en el que la enseñanza universitaria está transferida desde el Estado central y cada Autonomía actúa con criterios propios- eleva a condición caricaturesca este problema. Sorprendentemente, algunas titulaciones, como Medicina, Farmacia, Arquitectura, quizás las Ingenierías, dispondrán de «directrices propias», es decir, no tendrán que someterse a los mismos condicionantes que las demás; se diría que para las autoridades europeas hay titulaciones de primera, con las que no conviene jugar, y titulaciones de segunda, con las que son legítimos los experimentos.


Además, tras años perdidos por inoperancia de las autoridades educativas en los inicios del proceso, en la anterior legislatura los nuevos gobernantes decidieron abordar la cuestión con mucho voluntarismo y pocas ideas claras. El resultado fue que fracasó estrepitosamente un primer intento de definir los Grados pero, al mismo tiempo, se dio vía libre -de manera deliciosamente surrealista- a la implantación de los Másteres, formalmente diseñados para unos alumnos que aún tardarían cuatro o cinco años en llegar.La casa se comenzó a construir por el tejado. Tras un giro de 180º en la política del gobierno, y con el aplauso de los rectores, se inició una nueva andadura que parece ser, ahora sí y tras muchas energías desperdiciadas y muchas frustraciones en la comunidad universitaria, la definitiva.


A estas alturas, los problemas de aplicación práctica del nuevo sistema de transmisión del conocimiento (inadecuación de los espacios docentes a las nuevas necesidades, escasez de bibliotecas y nuevas tecnologías, sobrecarga burocrática hasta límites inconcebibles de las tareas educativas, dificultades organizativas en facultades y centros, escasez de plantillas de profesores para atender las nuevas metodologías docentes, etcétera) son incontables y derivan en buena medida del incumplimiento por parte de los poderes públicos de uno de los acuerdos de Bolonia, el aumento de la financiación.Todo ha de hacerse a «coste cero», faltaría más.

En otro orden de cosas, los acuerdos de Bolonia obviaron algunos aspectos sustanciales de lo que es una tarea indisociable de la Universidad, a saber, la investigación. Habida cuenta del escaso interés que la educación, merece a las autoridades europeas, esa omisión no parece del todo inocua. Se diría que Europa considera que la Universidad solo sirve para expedir títulos. El hecho es que esta reforma tiene una obsesión preocupante por uniformizar y burocratizar cualquier tarea docente, con lo que se consumen las energías de los profesores en reuniones infinitas e interminables y rellenando papeles y formularios que nadie lee y cuya utilidad a nadie convence.


Todo eso va en detrimento de la actividad investigadora pues solo parece interesar ahora lo que pueda tener una inmediata aplicación práctica en el mercado laboral, como si esa fuera la única demanda social que se hace de la Universidad, como si la creación de conocimiento ya no tuviera valor por sí mismo.El énfasis que ahora se pone en lograr habilidades, destrezas, competencias (es el léxico de la nueva religión pedagógica), no tanto en adquirir conocimientos -que en buena medida debería generar la propia institución universitaria- resulta cansino.¿Alguien cree que vamos a formar mejores abogados si enseñamos a los estudiantes a ponerse la toga ya desde la Universidad, en lugar de fomentar en ellos el conocimiento, la comprensión y finalmente el aprendizaje del sistema legislativo que estará en la base de su actividad profesional? ¿Alguien cree, además, que puede existir una docencia universitaria de calidad que no esté estrechamente ligada a la investigación? Mal camino iniciamos si nos dejamos convencer de que la misión fundamental de la Universidad es formar profesionales y no intelectuales, capaces de resolver, desde el conocimiento, los problemas que le plantee la sociedad a la que van a servir.

Antonio Alvar Ezquerra es catedrático de Filología Clásica de la Universidad de Alcalá de Henares

PARA COLOMBIA

VERDAD, JUSTICIA, REPARACION Y PAZ

VIVA LA LIBERTAD.. BIENVENIDA LA PAZ

EL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA HA DE SER UN FIN QUE UNA AL PAÍS, NO UNA ESTRATEGIA ELECTORAL DE LAS PARTES, DE LOS PARTIDOS O, DE LOS ASPIRANTES A LA PRESIDENCIA.
SI LA PAZ NO SE ASUME CON UNA VOLUNTAD ÚNICA, EL CONFLICTO SERA IMPARABLE.

LA LUCHA POR LA PAZ EN COLOMBIA, NO SE SOLO UN DIALOGO, ES UN COMPROMISO DE ESTADO.