Hoy, cuando comienzan a tirar de la manta los genocidas develando las alianzas tétricas con empresarios, militares y políticos, en ese carrusel de crímenes, es oportuno exigir en Antioquia y en Medellín, a quienes hicieron parte de las Juntas Directivas del Metro, a los empresarios que integran el llamado Sindicato Antioqueño, a los de "FEDEGAN", a los Generales y Altos Mandos de la inteligencia militar de la Cuarta Brigada, a los Gobernadores y Alcaldes desde los años 80, para que se unan con la verdad verdadera y digan cuáles han sido sus vínculos con los criminales y esquilmadores de las arcas públicas, en ellos incluido el actual Presidente de Colombia.
Verdades que el pueblo de Antioquia debe descubrir y por las cuales, entre otras, han comparecido en algunas oportunidades a rendir indagatoria ante organismos de control o ante la justicia los implicados que de manera sospechosa han sido sobreseídos, como lo demostraremos en próximas entregas.
opoXiXion, en nombre de los Antioqueños, demanda a que comparezcan todos ellos, para que expliquen hechos de ayer que para nosotros siguen siendo de hoy y no han prescrito, especialmente, sobre sus nexos con los grupos paramilitares desde ayer a hoy. Que respondan y cuenten qué mecanismos de "protección" a sus latifundios ganaderos, a sus empresas a sus propiedades, utilizaron para atacar a los presuntos guerrilleros o auxiliares infiltrados que rondaban sus haciendas, sus poblados, o a quienes denunciaban abiertamente sus corruptas maniobras. Estamos seguros que ellos tienen mucho qué contarle al país acerca de la historia sobre la estructura de los paramilitares, de los genocidios, de las compras ilegales de tierras a los desplazados de Urabá y Córdoba, del exterminio a dirigentes campesinos y sindicalistas.
Es hora ya, para que empresarios de la llamado casta tradicional Antioqueña, amparada en el "SINDICATO", den también su versión de cara al país y expliquen, a qué precio y por qué pactaron con narcotraficantes genocidas para garantizar su status quo, o la impunidad que otro capo quería destapar.
Sería muy importante para el país que esos exponentes gremiales y sus apuntalados políticos en las Alcaldías y Gobernaciones, dieran cara para que explicasen al país, cuáles fueron sus nexos con los "PEPES" y el por qué consideraron al criminal Pablo Escobar Gaviria, como un "loco" al que había que exterminar y no precisamente por ser un bandido más, porque de siéndolo y en pleno ejercicio de sus acciones, ya lo habían hecho participe del desarrollo de Medellín y hasta lo habían santificado curas, gremios y Cardenales.
Es hora de la verdad histórica, para que esa clase industrial impoluta explique del por qué un narcotraficante como Escobar los tuvo en la mira como deudores de favores, hasta tal punto, que en un irracional "operativos militar” que hizo en la carretera de las Palmas, días después de su fuga, los aparcó en plena vía, camino al aeropuerto José Maria Córdoba, para demandarles la contribución, que por ese entonces, exigía a todos sus socios, según se supo días después.
Algo más, que esa clase industrial colombiana y el gobierno nacional de ese entonces, Cesar Gaviria Trujillo, expliquen esa no muy extraña coincidencia o relación entre ese hecho que narramos y la posterior formación de los "PEPES", hoy devenidos en "PARAMILITARES"?, asi como el pacto entre instituciones y matones.
Tal vez no haya ninguna relación en los que exponenmos, pero es oportuno que digan algo los señores Empresarios de Antioquia sobre el carrusel de muerte y las bombas que acabaron con cientos de inocentes en Medellín y Antioquia. Igualmente, es hora para que el pueblo de Antioquia conozca las componendas y maniobras corruptas, que unidas al chantaje y la muerte les han permitido a estos empresarios solventar los negocios privados como; las empresas Cementeras, El Metro, Telefonía, Construcción, Ganadería, Seguros, banca y un interminable etc que es necesario hilar.
Muchos pro hombres de cuello blanco, que presumen de inmaculados y que recetan "moralina" en las columnas de los periódicos y otros tantos, que por Decretos Presidenciales andan ocultos en las Embajadas y Consulados esperando que escampe, para regresar "frescos" a sus andanzas de siempre, deben de estar de cara al país, exponiendo su rancia práctica corrupta aliada a matones. Esos señores de frac, que se pavonean por Europa y Miami, deben comparecer también para decir sus verdades para así evitarnos que luego, cuando sean denunciados, tilden de loco al acusador o de falaces y crueles mentiras, esas verdades que los genocidas dicen en el proceso de la ignominia para las victimas y llamado de justicia y paz.
Para bien del país y para que al menos, dejen una lista de hechos históricos pendientes de investigar, exhortamos a los integrantes de las AUC, a parar ese cuento de señalar a los muertos como los autores, que digan los nombres de los vivos, de los muy "vivos" que siguen ocultos.
En una RELATORIA HISOTIRICA DE LA VERDAD, a todos nos interesa saber, por ejemplo, en manos de quién está la videoteca que con tanto sigilo grabó, almaceno y organizó en Antioquia Nelsón Cardeño, quien siendo primer delegado en la formación del entonces ilegal M19, abandonara su ética revolucionaria para terminar como un eficiente correo entre las altas personalidades políticas y el capo Escobar, quien por demás, solía requerirlo para que le filmaran aquellas reuniones y bacanales privadas que con empresarios, reinas, políticos de derecha y de izquierda, artistas, cardenales y académicos, solía hacer en su Hacienda Nápoles y que extendió luego en la Catedral.
La elaboración de la Memoria Histórica, plasmada en la RELATORIA DE LA VERDAD, debe ser un compromiso a asumir también por las Universidades de Antioquia y del país, que entre otras, han preferido pasar de espaldas a estas realidades nacional, limitándose la voz de sus rectores a dejar constancias en cada hecho luctuoso de un profesor o un líder universitario. Es vital para todas las Regiones y para el país, comprender los desafueros, complacencias y temores de toda una sociedad, con el crimen, y explicarnos la sin razón a la cual se ha llegado.
Hemos sostenido y recabamos que en Colombia, criminalidad, mafia, narcotráfico y corrupción han ido de la mano y por ello, no es de extrañar la proporcionalidad entre la degradación de la vida y la degradación en el manejo de la cosa pública, presentándose verdaderos "genocidios" a las arcas sociales con tan abultadas sumas, que dejan atónito a quien las conoce.
Al igual que los crímenes de lesa humanidad, los crímenes por corrupción no deben prescribir; para nosotros no habrá prescripción, porque ellos también han desangrado a un pueblo y han aniquilado el ahorro público, el patrimonio social. En opoXiXion, nos unimos a la causa de quienes pretenden que estos delitos sean juzgados también en los Tribunales Internacionales, sin que se dé la figura de la prescripción, dado que con ella, se ha creado un caminos expedito para que fiscales y jueces, terminen amparando crímenes y criminales de cuello blanco. No puede hacer carrera, ni un minuto más, esa frase inescrupulosa que pronunciara antes de un juicio, unos de los más cuestionados y corrupto políticos de España, Jesús Gil, para el cual "era más fácil salir de la cárcel, que de pobre".
opoXiXion, seguirá pregonando e insistiendo en la denuncia, para evitar que se olviden, de la memoria colectiva, algunos de esos hechos de corrupción que no pueden pasar desapercibidos y los cuales con muertes, artimañas y coacciones, algunos corruptos han querido ocultar. Muchos de ellos unidos al carrusel de la muerte se han enriquecido a costas del desangre económico de un pueblo, del desplazamiento de familias y poblados y deben de ser vinculados a la causa genocida que se investiga, porque se han lucrado de ella.
Por ello, no resulta nada absurdo afirmar que muchos “pro hombres” de Colombia, siguen ocultos e invisibles respecto a sus participaciones en el carrusel de la muerte, y temen tanto a la verdad, que evitan a cualquier precio, nuevos indicios que puedan colocarlos, por sus actos, en las mesas judiciales, y en este sentido, “el retrovisor” para ellos, no es más que el presente de las opulencias en las que viven.
Temor máximo habrá de darle a ciertos industriales y a sus políticos de alianza que entre otras, han estado orientando la opinión pública a sus intereses y han coartando a como de lugar, cualquier signo de oposición en Antioquia y en Colombia, porque no quieren el destape de sus burdas prácticas de corrupción. Ese mismo temor a la verdad, estarán sintiendo algunos sectores de la vieja izquierda, que prefirieron negociar prebendas con el Estado, haciendo parte de la horda criminal para contra-atacar, las irracionales matanzas que las FARC hicieron a desmovilizados, en sus antiguos feudos de guerra.
Esos conversos todos de izquierda y de derecha, que institucionalizaron las agencias de mercenarios, dándole oxigeno ideológico a las acciones de barbarie y queriendo con ellas saldar las irreconciliables rencillas entre maoísta y comunistas, ya es hora que asomen la cabeza y contribuyan a la elaboración de una RELATORIA POR LA VERDAD HISTORICA DE COLOMBIA, para lograr que el país pare en la degradación de la vida y se logre llevar este asunto a los Tribunales de Justicia Universal.
A veces, a los criminales hay que creerles, existen mecanismos y métodos para saber lo que es cierto y lo que dicen, y hoy, en el decurso de los juicios de la vergüenza, releyendo las denuncias que hacía el narcotraficante Pablo Escobar, resultan, paradójicamente más evidente sus verdades, que las informaciones publicadas a cuatro columnas por los medios de comunicación de Antioquia y de Colombia. En concreto, sobre ese carrusel de la muerte extendido por todo el país, pero inicialmente desarrollado en Medellín, el capo señalaba como responsable de ello al Estado, a empresarios Antioqueños y al Cartel de Cali que se habían aliado con la DEA y La CIA.
Nos parecía absurdo ayer, pero hoy es evidente. Necesitamos saber cuáles eran esos empresarios a los que se aluden en la versiones libres de los paramilitares, no nos basta, confesiones que señalar a muertos como colaboradores de los genocidas, hay muchas personas aún presentes y esa artimaña no puede servir para protegerles el impoluto y perenne moralismo del cual se ha ufanado la casta industrial Antioquia y miembros de los partidos tradicionales, que entre otras fueron jalonados por el Señor Ospina, nieto del Ex presidente, a integrar la ignominia.
Conocido el pasado resulta justificado el miedo de Mancuso a que lo maten antes de declarar, y valiente, la actitud del POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO, en exigir respeto a su vida. También resulta evidente, que ciertos implicados en hechos de corrupción y crímenes prefieran ver a sus opositores muertos, de allí la importancia en este momento de extremar al máximo el derecho a la vida, como garantía para que surja la Verdad.
Esa evidencia radica en considerar que el exterminio del confeso, del testigo o del denunciante, pueden ocultado sus responsabilidades y vinculaciones, y lamentablemente, la inoperancia judicial ha servido para que esa presunción sea así, casos como la muerte de Gaitan, de Galán y otras tantas, son apenas muestra de ello. El conocimiento público de la verdad no puede seguir oculto bajo tierra, como tampoco puede continuar la ingenua coartada de cargarle al muerto los hechos. Sin embargo, esa parece ser la hoja de ruta que se han impuestos genocidas y cómplices, a menos que el gobierno intentando tapar el destape, proceda a justificar las extradiciones de quienes deben decir la verdad absoluta.
No ha sido extraño en este contexto, que testigos de la narcopolítica, sean los primeros muertos. Ayer dio resultado a sus autores intelectuales, está vez, esperamos que no. Por ello, proteger la vida al confeso es esencial para conocer la verdad, de tal modo que algún día pueda renacer de entre las cenizas de la muerte, la dignidad por la vidad en Colombia.
Es la hora y el día en que hay que invitar a todas aquellas miembros de las asociaciones defensoras de los derechos humanos, de las esotéricas, o no, a las librepensadoras, en fin, a todos aquellos que en Colombia pregonan por la defensa de la vida, por desarrollo intelectual y social de la humanidad, por la igualdad y la justicia social, a que de una vez por todas asumamos el compromiso que le ética demanda y a que valientemente, como ha debido ser y de antes, antepongan todo, para dignificar la verdad y sacudir aquello que desde el interior está coartando esa la libertad y la unidad de acción en una causa que es de todos, que no ha de ser otra que la verdad verdadera y el juicio justo a los genocidas y corruptos, con las proporcionalidad que la gravedad demanda, indistintamente del grado, condición o escala social que ostenten. Todos sin excepción, hemos de reconstruir una sociedad donde prime la razón y la ética, la muerte y la mentira no deben seguir existiendo para ocultar esos valores.
Una relatoría histórica de la verdad para Colombia, es necesaria para hacer esa catarsis social y mental, que nos permita liberarnos del orrendo pasado y superado, construir el tejido social y una nueva ética de pacto y convivencia. POR UNA RELATORIA DE LA VERDAD HISTORICA PARA COLOMBIA.
POR UN ACUERDO NACIONAL QUE GARANTICE EL RESPECTO ABSOLUTO A LA VIDA EN COLOMBIA.
opoXiXion
Demanda
VERDAD, JUSTICIA Y REPARACION
Próxima entrega…actos de corrupción y criminales absueltos
