HOY que para nosotros es igual que AYER, hemos conocido, por lectura de los relatos que hace el periodista MARK BOWDEN, en su libro "Matar a Pablo" y quien trabajara para el periódico The Philadelphia Enquirer, que muchos de los operativos y atentados que desde los 90 se cometieron en Colombia, eran ni más ni menos que “positivos” (para llamarlo con el termino de moda) de los PEPES, que en macabra alianza para aniquilar al Capo Escobar, buscaban además, desorientar la opinión pública y lograron su fin: ocultar la verdad e impedir que en aquel entonces, ese capo criminal de ayer, dijera toda la verdad sobre los vínculos de políticos e industriales con el negocio de la droga, verdad que hoy esperamos digan quienes voluntariamente se han sometido a la justicia.
Así describe, parte de esa alianza, el periodista citado: "A finales de aquel año (1992) se habían reunido un notable elenco de personajes que ayudarían en la búsqueda, algunos en Estados Unidos y otros en Medellín. En Estados Unidos se encontraban Ospina, Dolly, Moncada, Lehder y otros; entre los que se hallaban en Medellín: Castaño y su hermano Carlos, Marta Moncada, hermano de los narcos asesinados por Escobar, Mireya y su heramono Rapahel Galeano, los traficantes Eugenio Garcai, Luis Angel, Oscar Alzate, Gustavo Tapias, Enrique Ramirez y un sinfin de colaboradores más. Junto a todos ellos, no hay que olvidar a Leonidas Vargas, un traficante que constaba en la lista de " cerebros criminales" de la DEA y conocidos ex sicarios de la familia Galeano; y a Diego Murillo, hombre obeso de dientes salidos, con un rostro desfigurado por las cicatrices y con cojera, al que se conocia por el alias de don Bernardo o don Berna" y añade este periodista en su libro que : " Los agentes de la DEA y los efectivos de la Fuerza Delta los veían a menudo, en carro, junto a los oficiales más allegados a Martinez. En ciertas ocasiones, los hombres de don Berna actuaban de escoltas de Peña y Murphy cuando estos dejaban la base (incumpliendo órdenes) para reunirse con informantes. El grupo de don Berna se especializaba en obtener información a fuerza de intimidación y era financiado con dinero de la DEA."
Señor Presidente, aplaudimos de VERDAD que se reivindique el más elemental de los derechos del ser humano: LA VIDA, la cual ha sido degradado en Colombia, pero esa causa debe ir aparejado a la más absoluta verdad, y esa verdad, está en manos de quienes han trabajado al servicio de la DEA y la CIA, esa verdad que Usted como Jefe de Estado debe exigirla, demandarla y reclamarla a las Autoridades Norteamericanas. Debe su Señoría, tener el mismo carácter para exigir a sus aliados, la verdad que reclama a los criminales, extendiendo una solicitud al Senado Norteamericana para que se descodifique esa información.
Quienes integramos el grupo de opoXiXion consideramos que su Excelencia sabe toda la verdad y que la oculta, en este sentido, si es así, está haciéndole un flaco servicio a algunos agentes de la Inteligencia Norteamericana, que deben responder ante su gobierno y ante el mundo por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Colombia. El Gobierno Norteamericano, la Sociedad Norteamericana y los Colombianos residente en ese país, refugiados muchos, deben saber qué paso en buena parte del Mandato del Señor Carter y en el actual, y por qué razón, una fuerza macabra, la Delta, de lucha contra un criminal, continúo sus andanzas aniquilando a pueblos indefensos por supuestos vínculos con la guerrilla.
No puede señor presidente escudarse en la extradición para garantizarle a muchos el silencio de la verdad. Ese instrumento, la extradición, se ha convertido en una salvaguarda para quienes integrando los organismos de Seguridad Norteamericanos, o habiendo negociado con ellos, han cometido crímenes de lesa humanidad, y evitan de ese modo, que la justicia internacional los requiera y juzgue.
Señor Presidente, nos unimos a su causa en la defensa de la vida de los colombianos, pero demandamos con ahínco la verdad.
Y esa verdad la encontraremos en la medida en que a los colombianos se nos aclare de una vez por todas, cual ha sido el papel de los Estados Unidos y en concreto de algunos de sus órganos en el curso de los hechos nefastos que ha vivido nuestro país. Que se pida por parte de los Jueces que instruyen este juicio de la vergüenza, la descodificación de los archivos secretos de la CIA y la DEA, relativos a esos años, que no son hechos de ayer sino de HOY, o asuma Usted esa función que ya hemos expuesto.
Es imposible seguir maniatados o arrinconados, temiendo, que si se pide la verdad, penda sobre nosotros la vida o la de un ser humano, cuando es esa búsqueda, en lo absoluto, la tarea del hombre en la tierra. La racionalidad debe primar sobre la barbarie y la verdad sobre lo aparente. En manos de todos, como humanos, está reencontrarnos por nuestra dignidad y nuestro futuro.
Así describe, parte de esa alianza, el periodista citado: "A finales de aquel año (1992) se habían reunido un notable elenco de personajes que ayudarían en la búsqueda, algunos en Estados Unidos y otros en Medellín. En Estados Unidos se encontraban Ospina, Dolly, Moncada, Lehder y otros; entre los que se hallaban en Medellín: Castaño y su hermano Carlos, Marta Moncada, hermano de los narcos asesinados por Escobar, Mireya y su heramono Rapahel Galeano, los traficantes Eugenio Garcai, Luis Angel, Oscar Alzate, Gustavo Tapias, Enrique Ramirez y un sinfin de colaboradores más. Junto a todos ellos, no hay que olvidar a Leonidas Vargas, un traficante que constaba en la lista de " cerebros criminales" de la DEA y conocidos ex sicarios de la familia Galeano; y a Diego Murillo, hombre obeso de dientes salidos, con un rostro desfigurado por las cicatrices y con cojera, al que se conocia por el alias de don Bernardo o don Berna" y añade este periodista en su libro que : " Los agentes de la DEA y los efectivos de la Fuerza Delta los veían a menudo, en carro, junto a los oficiales más allegados a Martinez. En ciertas ocasiones, los hombres de don Berna actuaban de escoltas de Peña y Murphy cuando estos dejaban la base (incumpliendo órdenes) para reunirse con informantes. El grupo de don Berna se especializaba en obtener información a fuerza de intimidación y era financiado con dinero de la DEA."
Señor Presidente, aplaudimos de VERDAD que se reivindique el más elemental de los derechos del ser humano: LA VIDA, la cual ha sido degradado en Colombia, pero esa causa debe ir aparejado a la más absoluta verdad, y esa verdad, está en manos de quienes han trabajado al servicio de la DEA y la CIA, esa verdad que Usted como Jefe de Estado debe exigirla, demandarla y reclamarla a las Autoridades Norteamericanas. Debe su Señoría, tener el mismo carácter para exigir a sus aliados, la verdad que reclama a los criminales, extendiendo una solicitud al Senado Norteamericana para que se descodifique esa información.
Quienes integramos el grupo de opoXiXion consideramos que su Excelencia sabe toda la verdad y que la oculta, en este sentido, si es así, está haciéndole un flaco servicio a algunos agentes de la Inteligencia Norteamericana, que deben responder ante su gobierno y ante el mundo por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Colombia. El Gobierno Norteamericano, la Sociedad Norteamericana y los Colombianos residente en ese país, refugiados muchos, deben saber qué paso en buena parte del Mandato del Señor Carter y en el actual, y por qué razón, una fuerza macabra, la Delta, de lucha contra un criminal, continúo sus andanzas aniquilando a pueblos indefensos por supuestos vínculos con la guerrilla.
No puede señor presidente escudarse en la extradición para garantizarle a muchos el silencio de la verdad. Ese instrumento, la extradición, se ha convertido en una salvaguarda para quienes integrando los organismos de Seguridad Norteamericanos, o habiendo negociado con ellos, han cometido crímenes de lesa humanidad, y evitan de ese modo, que la justicia internacional los requiera y juzgue.
Señor Presidente, nos unimos a su causa en la defensa de la vida de los colombianos, pero demandamos con ahínco la verdad.
Y esa verdad la encontraremos en la medida en que a los colombianos se nos aclare de una vez por todas, cual ha sido el papel de los Estados Unidos y en concreto de algunos de sus órganos en el curso de los hechos nefastos que ha vivido nuestro país. Que se pida por parte de los Jueces que instruyen este juicio de la vergüenza, la descodificación de los archivos secretos de la CIA y la DEA, relativos a esos años, que no son hechos de ayer sino de HOY, o asuma Usted esa función que ya hemos expuesto.
Es imposible seguir maniatados o arrinconados, temiendo, que si se pide la verdad, penda sobre nosotros la vida o la de un ser humano, cuando es esa búsqueda, en lo absoluto, la tarea del hombre en la tierra. La racionalidad debe primar sobre la barbarie y la verdad sobre lo aparente. En manos de todos, como humanos, está reencontrarnos por nuestra dignidad y nuestro futuro.
opoXiXion demanda:
VERDAD, JUSTICIA Y REPARACION
